(CNN) -- En la Edad de Hierro, los usuarios de dos antiguos retretes de Jerusalén no eran un grupo saludable, según un análisis de muestras de la materia fecal de las letrinas de 2.500 años de antigüedad.

Los investigadores hallaron rastros de parásitos causantes de disentería en el material excavado en los pozos negros situados bajo los dos retretes de piedra que habrían pertenecido a hogares de la élite de la ciudad. Por aquel entonces, Jerusalén era un vibrante centro político y religioso del imperio asirio y en ella vivían entre 8.000 y 25.000 personas.